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jueves, 21 de marzo de 2013

Dejándolo ir

He visto más de lo que he querido y he querido más de lo que he visto,
me ha pasado que me cuesta dejar lo que no tengo y que irónico, no lo tengo y deseo que permanezca, me intriga mucho la razón de ser de mis ilusiones y hasta donde llegan las mismas, hasta donde permitimos divagar entre ideas que sólo nos agradan a nosotros mismos,  porque no estar acá con los pies en la tierra como dicen todos como lo pintan todos.

No es dejar de soñar, es vivir en un acá y no dejar que el allá sea indispensable,
es estar más entre esas ausencias naturales y no en las que deseas, es convencerte que sinceramente no puedes controlarlo todo. Si fuese la vida misma la que te determinara un tiempo exacto para que lo que deseas se haga realidad que infelices seríamos todos y aún más infelices si ese  tiempo fuera a los  18, justo en esa época de falsa libertad donde llenos de ansiedad nos creemos grandes, tal vez sólo sea yo quien considere que a los 18 no hay vida de adulto, que realmente nunca hay una adultez.

Cuando me he movido a escribir y a narrar el porqué de mis sentimientos
me encuentro con que ya no te sustento, ya no me dueles, ya no me ahogas;
fue tan volátil todo, así no más se olvidan 5 años? o así se recuperan 5 años?
realmente hay olvido? o a eso le llaman vivir sin remordimientos?, si la respuesta es SI
a la última de las preguntas puedo terminar diciendo que te quise en lo correcto y que
ese afecto no fue un simple sentimiento.


martes, 19 de marzo de 2013

De pronto

De pronto buscas alguna forma de no dejar acabar las cosas,
y sigues tratando de ser lo más racional posible,
de no sentir pesar por ti, de no dejar ver tu dolor y
vuelves a preguntarte si sirve de algo recrear lo ya vivido,
si tiene sentido aparentar que puedes seguir adelante como si nada.
De pronto una parte de ti, se vuelve rebelde a tus decisiones y no deja
que sigas construyendo ilusiones en tu cabeza y te suelta a la realidad.

Hoy, quizás no me quiera referir únicamente al amor,
hoy quizás quisiera definir mi frustración; hoy durante todo el día
me he cuestionado si en algún momento la vida deja de ser sólo esfuerzos,
si llegará el momento en el que desear y anhelar algo sea suficiente para
adquirir las cosas...

Nadie conoce el verdadero trasfondo de una sonrisa y menos el de una lágrima,
nadie es capaz de definir la dureza de una persona como característica primordial
de su vida. ¿Conocemos de alguna forma los anhelos de las personas? - ciertamente no.

Hoy es un día en el que sentirse con falta de oportunidades lo desenfoca todo,
no se realmente si podrá ser fácil en algún momento vivir y por eso
ahora miro atrás y me doy cuenta que sí, he superado muchas cosas
y he aprendido de tantas otras pero sin duda ahora, justo ahora
quisiera tener la oportunidad de estudiar.

Si a mi parecer las cosas son lejanas e imposibles,
no me alcanzo a imaginar la vida de los otros, así como esos
otros no imaginan la mía. Quisiera pensar que mi frustración
y la melancolía de éstos últimos días no son influencia tuya,
que a estas alturas de mi vida, la melancolía corresponde
a un ciclo natural que no puedo controlar.

jueves, 14 de marzo de 2013

Por instantes..



Y resulta que por instantes un frío no tan frío, una corriente intempestiva e impredecible pasa por mi corazón y me recuerda que en algún momento tuve tibio un sentimiento, nunca caliente, pero estuvo encendido de alguna forma recordandome que estabas ahí no de forma física pero si en pensamientos.
Si medito en el alcance que puede tener alguien en mi vida, puedo encontrarme con muchas, demasiadas sorpresas y es ahí donde puede ser que la persona que creía importante no era tan importante y la que menos esperaba que permaneciera, esa que creí que sería fácil olvidar, ahí está, arraigada a mi recuerdo...


Quisiera llegar al intaste donde dicen muchos que "recordar es vivir" con sólo cerrar los ojos y recordarte  como esa experiencia y no como una causa de nostalgia, pero aún falta tiempo para eso. Si me he animado a seguir escribiendo es porque me di cuenta que hablo, si, en serio hablo y demasiado, pero cuando hablo no digo lo suficiente o tal vez no lo suficiente, pero no digo lo verdaderamente importante; pero si la cuestión es de no hablar mucho, en eso no quisiera ser como tu, que con un simple -lo siento- o con decir que -quisieras  con sólo desear el volver a quererme-  pretendas reparar lo irreparable y que justo cuando todo se está acabando, tengas agallas de decirme "Te quiero"...
Que insuficientes son tus palabras para decir que fui importante, que pensabas en mi.


Y esto fue un instante, pareció infinito, pero no, en realidad es eso, lo que siento por instantes, pero que descrito y aterrizado a palabras es eterno, es ahí donde concluyo que sería larga y extensa mi existencia si decidiera a cada fracción de vida darle una porción de escritura.




miércoles, 13 de marzo de 2013

A veces, sólo a veces

A veces uno quiere que el dolor sea profundo cuando no lo es,
a veces uno no dimensiona el alcance de una situación,
a veces sólo a veces decido escribir para contar mi situación,me extraña un poco que no esté tan mal (aunque me alcanza a afectar, y a despertar cierta nostalgia)será que en algún momento todos guardamos una muy melancólica y tibia esperanza de que lo que terminó puede volver a ser?


Es que creo que todo es parte de ese SHOCK, y si no existiera ese shock que por días te hace sentir como entumecida a los verdaderos sentimientos, podría decir que la vida no sería vida. Se me ocurre pensar que el universo entero está programado para vivir un entumecimiento, como cuando el "Big Bang" esa pangea, esa masa toda junta tuvo que vivir un proceso de letargo que le impedía vislumbrar la claridad del inminente cambio.


Me perdí (no te perdiste, ni me perdiste), realmente hablar de pérdidas no es algo que le convenga a nadie, uno está también metodológicamente regido a perder algo durante el transcurso de la vida. Creo que no concluyo que realmente me pasa, es tan sórdido el momento que mi conciencia aún no le quiere dar nombre a lo que pasó y le respeto su decisión (a ella, a mi conciencia) de no poner en marcha una campaña de desprestigio hacia alguien o hacia algo... Hoy puedo estar escribiendo cosas que para los que leen no tengan cordura, pero es una forma de decir que lo que proyecté y como te proyecté llegó a su fin.


Me siento tranquila.